ARTE EGIPCIO
La expansión de las actividades neolíticas llevó a una creciente especialización del trabajo y a la aparición de las primeras ciudades. Con ello surgieron nuevos poderes (el político-militar y el religioso) y se configuraron las primeras grandes civilizaciones hidráulicas urbanas de Oriente Próximo: Egipto y Mesopotamia. En ellas, y sobre todo en la egipcia que es a la que vamos a aproximarnos, el arte tuvo un uso político y ceremonial, estrechamente vinculado a la magia y la religión (lo que más conservaos son templos y tumbas y no ciudades o palacios), al servicio de las poderosas clases dirigentes, sometido a estrictas normas de representación y, debido al relativo aislamiento cultural del país, invariable durante casi 3.000 años.
ARQUITECTURA
Fundamentos básicos
La arquitectura, y el arte egipcio en general, se encuentran condicionados por una serie de elementos que, asimismo, marcan las pautas de tan peculiar civilización:
El medio natural: El río Nilo se convierte en el eje de la vida, su carácter cíclico delimita la vida económica (división del año en 3 estaciones: crecida, germinación y recogida de cosecha) y es el eje del transporte. Este carácter cíclico de renovación coincidía con el del Sol (salida de Horus, el Sol purificado, tras su viaje nocturno por las regiones subterráneas) lo que dio a entender que, igualmente, el difunto volvería a la vida tras su muerte. Creencia estrechamente relacionada con las creencias en el mito de Osiris, el gran dios de la vida tras la muerte, el soberano del mundo subterráneo y base del ciclo de vida-muerte-resurrección El guardián de este orden inmutable y generador era el faraón.
Igualmente, y por otro lado, en este rico mundo agrario nace la medida, el catastro y la geometría para controlar las crecidas. Elementos de importancia suma para una arquitectura que se dispondrá en planos cuadrangulares, sillares regulares y medidas geometrizadas.
Por otro lado, el aislamiento que proporcionaba la geografía al valle del Nilo, propició un sentimiento de seguridad y eternidad, de auténtico vergel, de tierra sagrada a los egipcios que, en cierto sentido, les llevó a un cierto distanciamiento del extranjero y a un orgulloso nacionalismo que casi podríamos calificar de egocentrismo.
La religión. Tanto por la complejidad del panteón como por las creencias sobre la vida después de la muerte que condicionan las tipologías arquitectónicas fundamentalmente religiosas y funerarias. Para desarrollar el viaje al “más allá”, el ba (alma) y el ka (fuerza vital que resta junto al cuerpo) debían permanecer unidos, lo que se cumplía mediante la momificación y la estatua del doble del difunto localizados en un mismo espacio; cumplido el rito el difunto podía subir en la barca del Sol-Rah y descender al mundo inferior donde se presentaba al Tribunal de Osiris. Estas magnas tareas estaban reservadas exclusivamente al faraón.
El faraón. Con una naturaleza más próxima a los Dioses que al hombre es el regulador de todas las cosas y el encargado de asegurar la protección de los dioses para su pueblo. Su naturaleza divina (los dioses que personificaban al soberano de Egipto fueron Osiris y Horus, el primero era aquel en el que se encarnaba el faraón al morir, para seguir gobernando en el mundo subterráneo; el segundo, Horus, era el faraón reinante en la tierra) y su importancia a todos los niveles aglutinará en torno a sí al resto de la sociedad, también para la construcción de sus grandes moradas, ejemplos de su poder y para las que pone a su servicio los recursos del Estado, siervos y esclavos.
Elementos generales
Es un arte hecho para los muertos, el rey y los dioses. Es decir, está pensada para la eternidad para prolongar la vida en la tierra por lo que tumbas (mastabas, pirámides e hipogeos) y templos (en ocasiones subterráneos) son las manifestaciones principales.
Utilización de materiales “eternos”, fundamentalmente piedra. Esta está bien escuadrada, dispuesta en sillares cortados geométricamente, siguiendo medidas perfectas.
Es una arquitectura arquitrabada, basada en líneas horizontales y verticales (inclinadas en el caso de las pirámides), pero nunca curvas.
Monumentalismo y colosalismo consciente en relación a la función a cubrir. Se impone la masa indestructible, eterna, estable, sobrenatural, sin preocupación por la proporción. No se utiliza la escala humana de representación, que queda empequeñecida.
Pureza de formas, masas y volúmenes (bien horizontales o verticales) que obedecen, en muchos casos, a un deseo de simplificación, al que corresponde la capacidad de abstracción y de reducción a formas geométricas simples (llevada a su extremo en la IV dinastía con las superficies puras continuas). Ejemplo de ello serían las pirámides o los obeliscos, formas geométricas puras.
Esta geometrización y simplificación hace que la simetría y la construcción siguiendo un eje longitudinal sean dos principios básicos. La duplicación de las formas, propia de una simetría axial, determina el carácter estático equilibrado de la arquitectura.
Abundante presencia de elementos decorativos, frecuentemente inspiradas en la naturaleza (papiros, flor de loto, palmeras, animales), junto a símbolos (anj) y representaciones de dioses y faraones en bajorrelieves que se aprovechan de la pureza de las superficies. Así la fusión de escultura y arquitectura alcanza unos niveles muy elevados en lo que puede ser un nexo, casi inexplicable, entre naturaleza y abstracción.
Es una arquitectura que nos habla de una gran concentración del poder en el faraón, una clara jerarquización social y una compleja organización del trabajo. Todo ello manifestación del poder de un pueblo y su faraón.
Materiales constructivos
Dependiendo de la cronología, en el Egipto predinástico y primeras dinastías, se construyó con cañas, madera y adobe. La aparición de la piedra a gran escala (Imhotep) fue un proceso consciente fruto del proceso de complejidad socioeconómica (donde se incluiría la geometría) y de cambios religiosos. Igualmente dependiendo de su finalidad se usarán distintos materiales: para las casas y algunas mastabas se usaba el adobe; en cambio el Estado se reservaba el uso de la piedra para sus grandes monumentos religiosos. En cualquier caso, Egipto contó con la ventaja de poseer excelentes e inagotables canteras (caliza de Tura, granito de Assuán, alabastro e infinidad de pórfidos y basaltos del Desierto Arábigo) capaces de suministrar a los arquitectos y escultores bloques de una magnitud que predisponía a la monumentalidad y al colosalismo.
Elementos constructivos
Gruesos muros fundamentalmente de piedra con escasos vanos y culminados en ocasiones por gola (cornisa del edificio), obteniéndose la luz como en el caso de los templos por medio de aberturas con celosías en la parte alta de la nave central. Las puertas de acceso tienen amplias dimensiones y constituyen la única interrupción efectiva de la continuidad de las paredes.
Superficies adinteladas de grandes vigas de piedra y madera para cubrir grandes luces. Sistemas de aterrazado para casas, palacios y templos.
Monumentales pilares y, sobre todo, columnas con diversos tipos de capitel: papiriformes, lotiformes, hatoriformes, que en ocasiones aparecen decoradas en sus fustes, o bien estos se encuentran fasciculados. No hacen sino recrear a las primitivas palmeras, primeros elementos sustentantes.
Tipologías
Edificios funerarios:
Mastabas (Imperio Antiguo): paralelelípedo de paredes inclinadas inspirado en una casa-vivienda, que comienzan a cercarse con un muro (fachada de palacio) de entrantes y salientes. Este era, a veces, interrumpido con puertas falsas, de paso al más allá. Su interior consta de tres salas básicas: Cámara sepulcral-funeraria (tumba): puede estar a 40 m. de la superficie a la que se accede por un pozo que se cierra; Serdab, puede estar bajo tierra o en la superficie y aquí es donde se guarda el KA, al que se le depositan las ofrendas. Decorado con escenas agrícolas, cacería, costumbres, ceremonial, histórico, etc. El cuerpo momificado y el Ka aseguraban que el alma, BA, viviera eternamente. Una vez cerrado herméticamente el serdab se producía el hechizo: el Ba se introduce en el Ka; Capilla: cámara del tesoro que se sitúa en el lado este de la mastaba. Decorada con relieves policromados con escenas de la vida del difunto; que servía para recordarlo en determinadas fechas. Era el único lugar al que se podía acceder. Ya en este período comenzaron a construirse mastabas para nobles y es a partir de la 3ª Dinastía cuando comienzan a construirse verdaderas ciudades de muertos, con calles formadas por mastabas.
Pirámides (clásicas, acodadas, escalonadas). Imperio Antiguo y Medio (en este caso con modelos más modestos y económicos). Las pirámides fueron la tumba real típica del Imperio Antiguo (1575-2150 aC).Surgidas de la superposición de mastabas de base cada vez más reducida (pirámide escalonada de Zoser, faraón de la III Dinastía, en Saqqara), fueron posteriormente de perfil quebrado (pirámide de Dachur), para llegar a ser regulares durante la IV Dinastía (2613-2494 aC): pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos. Éstas, construidas con grandes bloques de piedra, son las más espectaculares (I) de Egipto -la de Keops mide casi 150 metros de altura- que albergan una pequeña cámara para el ajuar en su interior, y otra sepulcral bajo tierra, a las que se accede mediante estrechos pasadizos que se ciegan para evitar su expolio.
Junto a cada pirámide se levantan un templo funerario y una calzada que lleva al cercano Nilo, donde se construye otro templo y otras dependencias. Además, alrededor de las principales, se edificaron otras más pequeñas para enterrar a las reinas y los familiares, aunque ninguna alcanzó la magnificencia ni la calidad de estas tres.
Hipogeos (tumbas excavadas en la roca). Imperio Medio y Nuevo. correspondían en principio a sectores más modestos de la población. Sustituyeron finalmente a las pirámides, y alcanzaron su esplendor durante el Imperio Nuevo (1552-1069 aC), en el Valle de los Reyes y de las Reinas. Consistían en un corredor descendente que llegaba hasta la sala del sarcófago, aunque podían disponer de otras salas cuyas paredes se decoraban con pinturas y relieves. El hallazgo de una tumba completa, la de Tutankhamón -faraón menor y de reinado muy corto-, nos da una idea de la riqueza de los ajuares reales.
Edificios religiosos:
Templos abiertos y subterráneos (speos; hemispeo si está excavada sólo la mitad):
el funerario dedicado al culto del faraón difunto, construido lejos de la tumba para evitar la localización de los sepulcros y evitar los saqueos. Integrados en el conjunto del enterramiento, solían ser de planta cuadrada con antecámara y sala hipóstila, donde se sometía el cuerpo real aun complejo ritual de purificación y momificación. Finalizado éste, la comitiva ascendía por una calzada hasta el santuario, donde un pasadizo llevaba a una sala hípetra en la que los sacerdotes celebraban los oficios antes del entierro definitivo en la tumba. Una cámara de ofrendas completaba el conjunto fúnebre. Otro tipo de templo funerario se excavaba en la roca, a imitación de los hipogeos. Es el speo, con ejemplos destacables como los de Ramsés II (XIX Dinastía) y su esposa Nefertari en Abu Simbel, con pilones y estatuas colosales de éstos tallados en la roca. También destaca el speo de la reina Hatsepsut (XVIII Dinastía), en Dayr al-Bahari (Tebas), con tres terrazas y columnas protodóricas.
templo de culto dedicado a un dios, donde se alojaba y veneraba la imagen de la divinidad: el santuario (éste era el final del recorrido, el lugar más recóndito y oscuro, la sala de menor altura y a la que podían llegar menos personas). Su estructura -fijada en el Imperio Nuevo- se basa en una larga avenida que lleva a la fachada y que está flanqueada por esfinges o carneros esculpidos, que representan a Amón. En la fachada -un muro es trapezoidal en talud llamado pilón, con hendiduras para colocar los mástiles-, se abre la puerta ante la que se colocan obeliscos y estatuas de los faraones.
Al franquearla, se encuentra un patio rodeado de columnas, la sala hípetra, el único lugar del templo al que podía acceder el pueblo. Después, la sala hipóstila -cuyas numerosas columnas sustentan el techo adintelado- daba acceso a otro espacio menor donde se encontraba la barca sobre la que solía y exhibirse el dios en las grandes ceremonias y, finalmente, había una capilla pequeña con el tabernáculo, que guardaba la imagen de la divinidad. A esta última sala, núcleo fundamental del templo, sólo podía acceder el faraón o el sacerdote en quien se delegaba tal función.
Como se ve, las partes del templo siguen un eje de simetría, con techos decrecientes en altura y con iluminación cada vez más tenue según se avanza en su interior. Allí, el acceso es cada vez más restringido, en un claro símbolo de la progresión espiritual del fiel en una vida y un mundo concebidos como un largo caminar, similar al recorrido cotidiano del dios Sol en su barca celestial.
En este tipo de templo destacan los de Tebas -actual Luxor-, consagrados a los dioses Amón, Mut y Khons -en el conjunto arquitectónico llamado Karnak (I)-a los que se une otro templo de Amón: Luxor.
Edificios civiles:
Palacios. Poco podemos decir de su organización, estructura, etc… debido a los escasos restos conservados, que no son de la monumentalidad de los edificios religiosos. La razón estriba en los propios materiales con que se realizaron (adobe, madera, etc.), a pesar que debieron ser de una grandeza comparable a muchos templos. Uno de los ejemplos últimamente más estudiados es el del faraón Akhenatón en Tell-el Amarna.
Significación
El carácter de la arquitectura está determinado por unos principios fijados en el Imperio Antiguo y que tienen una clara raíz teológica. Elementos como la geometrización no hacen sino responder como símbolos a leyes cósmicas eternamente válidas. Por ejemplo, al cuadrado, el sagrado nº 4 (puntos cardinales, esquinas del mundo, canopes para vísceras) se añade el 3, bajo la forma de triángulo isósceles. O la estructura de la pirámide asociada a los cultos solares.
El templo se presentaba en la misma línea de significaciones especiales de raíz teológica. Morada de los dioses, organizado para albergar su figura y realizar sus ritos procesionales en un deseo de infundir temor o fe a los asistentes con diversas salas que configuran distintos tipos de espacios, se concibe como una “isla” de orden frente al caos reinante, garante del eterno equilibrio entre el bien y el mal, de forma que éste debía organizarse en torno a esta idea como un auténtico microcosmos rodeado de defensas mágicas encaminadas a evitar el acceso del Caos. La estructura arquitectónica, por tanto, se encaminaba a subrayar esta idea y procuraba la reproducción artificial de la concepción del mundo egipcia. Así pues, se representaba una naturaleza dominada por la acción del Nilo: las monumentales columnas de los templos, papiriformes o lotiformes, imitaban la vegetación, y, en muchas ocasiones, se han encontrado restos de pintura azul en la base de las mismas, simbolizando el agua fertilizante del Nilo; la cubierta de las salas se decoraba con elementos cósmicos, especialmente con estrellas; y el pavimento, generalmente de piedra de color negro, en que se apoyaban las columnas era el fértil limo que personificaba a Osiris. Las defensas mágicas que aislaban el perfecto microcosmos que simbolizaba el eterno fluir del Nilo, se concretaban en los grabados y representaciones simbólicas del muro que presentaban al faraón venciendo a los representantes del Caos, generalmente animales considerados nocivos como el hipopótamo, el antílope o el cocodrilo. La protección mágica se completaba con la delimitación de un témenos o recinto sagrado al que sólo podían acceder los sacerdotes convenientemente purificados.
Igualmente la propia configuración geográfica de Egipto, en torno al Nilo como eje natural explica el recurso a la axialidad (pilonos como ejes del Templo como los valles rocosos que conforman el Nilo) o algunas formas constructivas como la sala hipóstila, eco de un bosque de palmeras.
Ejemplos arquitectónicos
Mastabas; Pirámide escalonada de Zoser (2668-2649, III dinastía); Pirámides de Gizeh (2589-2504, IV); Esfinge de Gizeh; Templo de Mentuhotep (2040, XI. Imperio Medio); Templo de Hatsepsut en Deir-el Bahari (1490-1470, XVIII. Imperio Nuevo); Templos de Amón en Karnak y Luxor (Amenofis III, 1403-1365); Complejo de Abu-Simbel de Ramsés II (1290-1224, XIX); Templo de Edfú, y Kom Ombo (ptolemaico, 332-30).
ESCULTURA EGIPCIA
Características generales
Aunque se puede hablar, como luego comentaremos, de una evolución de la escultura egipcia a lo largo de la historia, existen unos rasgos que permanecen de modo más menos constante.
1. Utilización de un canón de “belleza” ideal para la figura lo que la convierte aun más en algo intemporal y absolutamente constante. El modelo básico es la figura de pie y los módulos guardan relación con la mano y el brazo, el puño cerrado , el ancho de la mano y el codo. El cuerpo humano de pie mide 18 puños, o cuadrados, o cuatro codos o 24 anchos de mano. La figura sentada tiene una altura de 15 cuadrados. Inversen ha probado que cada lado de un cuadrado de la cuadrícula egipcia es siempre igual a un puño, o sea, a la anchura de la mano, medida sobre los nudillos, incluyendo el pulgar. El puño viene a ser, por tanto, el módulo de todas las proporciones. Una vez encontrado su canon, el egipcio lo mantuvo durante siglos, sin cambios substanciales, casi sin evolución. El arte fue así el reflejo intelectual de un mundo seguro de sí mismo.
2. Ley de la frontalidad y simetría (según J. Lange, cualquiera que sea la posición de la figura, un plano vertical debe cortarla por su eje medio, de delante a atrás. La espina dorsal, la coronilla, la nariz, la barbilla, el esternón y los órganos genitales deben estar fijos en un solo plano, sin desviarse hacia ninguno de los dos lados), a lo que ayudarán grandemente las formas cúbicas que dominan la representación, lo que le dará a la obra un carácter geometrizado. Primero se tallaba un bloque de piedra de forma rectangular, y después se dibujaba en el frente y en las dos caras laterales de la piedra la figura objeto de representación, dejándose en ocasiones la parte de atrás casi sin desbastar, o bien adosada a una losa. La estatua resultante era, en consecuencia, una figura destinada a ser vista principalmente de frente (ley de la frontalidad). No había necesidad, pues, de esculpir la figura por todos sus lados, ya que el objetivo era crear una imagen eterna que representara la esencia y el espíritu de la persona retratada, para lo cual bastaba una composición frontal de la misma.
3. Hieratismo. Las figuras están inmóviles, estáticas, cuando se les quiere representar andando sólo se adelanta ligeramente la pierna izquierda, pero los pies permanecen siempre pegados al suelo. Los rostros son solemnes, inexpresivos, hieráticos, con la mirada fija, perdida en el horizonte, totalmente alejada del espectador (atemporal y sobrenatural). A las figuras se las representa siempre frontales con los brazos a los lados del torso y rigidez en la nuca. El estudio anatómico, aunque proporcionado, no pormenoriza detalles, produciendo una visión idealizada.
4. “Perspectiva torcida” o “visión rectilínea”: la figura estaba compuesta a partir de 4 puntos de vista, uno frontal, otro dorsal y dos laterales que era necesario recomponer en un solo plano dando como resultado la visión de los ojos, torso y los hombros de frente, la cabeza y extremidades de perfil. Probablemente se acudió a esta fórmula para representar al faraón (y a todos los personajes importantes que se mueven a la sombra de su divinidad) de la manera más completa posible (se buscaba la eternidad frente el punto de vista transitorio). Y como las escenas describen rituales solemnes y, podríamos decir, intemporales, los artistas no tuvieron que preocuparse por la circunstancia de que su método de representar el cuerpo humano hacía casi imposible en la práctica toda clase de movimiento o acción. En realidad, la apariencia congelada de la imagen parece particularmente apta para expresar la naturaleza divina del faraón; los mortales ordinarios actúan, él se limita a ser. Cuando es necesario describir cualquier actividad física que requiere esfuerzo o impulso, el artista egipcio no vacila en abandonar la proyección mixta si es preciso, porque dicha actividad corre siempre a cargo de subalternos, cuya dignidad no necesita ser mantenida. Por tanto el estilo egipcio de representación de la figura humana parece haber sido creado específicamente con el propósito de traducir en forma visual la majestad del monarca divino; debió ser obra de alguno de los artistas que laboraban en la corte. Y nunca se perdió su sabor sagrado de ceremonial, ni siquiera, cuando en tiempos posteriores, hubo de servir a otras finalidades aparte de las originarias.
5. Composición ordenada (en el caso de los relieves). La superficie de las representaciones, se divide en bandas horizontales o registros, y cada figura se apoya sobre una línea o faja que indica el suelo.
6. La concepción del espacio. La única distancia mensurable en las representaciones bidimensionales egipcias es la paralela al plano de la superficie, quedando anuladas la distancia perpendicular y la oblícua. Si estas distancias se llegan a captar el método utilizado es el de superposición , situados en hilera. Según Norberg-Schulz el egipcio no llegó a tener un concepto cognoscitivo del espacio sino un concepto existencial que está determinado por los centros, por los lugares y por los caminos que los unen.
7. “Perspectiva jerárquica”. La figura del soberano ha de poseer la máxima perfección y ha de cumplir el canon de proporciones y su figura ha de destacarse por sus dimensiones
Materiales
Piedra (caliza, granito, diorita), madera, y, en menor proporción, el metal. Las superficies se pintaban; los ojos eran piezas incrustadas de otro tipo de material, como el cristal de roca, que realzaba la apariencia de realidad que pretendía transmitir la estatua. Para las estatuas de dioses fundamentalmente se utilizaban ricos materiales como oro, marfil o piedras preciosas por lo que se han conservado pocas de sus imágenes
Temática
Las principales representaciones son imágenes y retratos de dioses y faraones, pero también se han conservado esculturas de funcionarios y de personajes del pueblo, sin olvidar los animales, que representaban a muchos dioses. En el caso de estos últimos, y frente a dioses o faraones, las figuras aparecen más “humanizadas”, con una mayor carga de realismo, lógico si se piensa que ya no se representa a un ser sobrenatural sino a alguien que espera ser reconocido por su apariencia. Hay por tanto una cierta dualidad entre un arte “oficialista”, de reglas frías y menos creativo, y otro privado
En los relieves de las tumbas igualmente aparecían escenas costumbristas de caza, pesca, tareas agrícolas, etc. donde se representaban a los trabajadores en sus diversos oficios y a las mujeres ocupadas en sus tareas domésticas (la mayor parte de las costumbres y modo de vida de los egipcios se ha conseguido gracias a estas representaciones). Tales representaciones no fueron concebidas tanto como acontecimientos acaecidos en un momento determinado, sino como ocupaciones y oficios en general, con un claro carácter de atemporalidad y eternidad.
Tipología
* Escultura en bulto redondo
En la estatua sedente el cuerpo se estructura según dos ángulos que apenas permiten la creación de vacíos, una de las manos aparece sobre un muslo, mientras que la otra se sitúa en la misma posición apoyada sobre el pecho. En la variante del personaje de pie, éste aparece siempre de pie con la pierna izquierda avanzada y los brazos con los puños cerrados caen a lo largo del cuerpo.
A finales de la IV Dinastía se introdujo una tercera posición escultórica, tan simétrica y estática como las dos anteriores (de pie y sentadas): la del escriba sentado en el suelo con las piernas cruzadas y con los brazos algo despegados del tronco.
Es frecuente también la representación de la unidad familiar del faraón o altos funcionarios con retratos en grupo. Pueden estar de pie los esposos con las manos entrelazadas o tomando la esposa al marido por el hombro o por el brazo (demuestran el orgullo egipcio por su familia y el deseo de perpetuar en el más allá su buena fortuna terrestre). Otras veces aparece sentados o ella de pie. Más escasas son las triadas reales propias del Imperio Antiguo en la que el rey es mostrado en compañía de dos figuras femeninas.
Desarrolladas en el Imperio Nuevo son el retrato de busto (cuyo antecedente podrían ser las llamadas “cabezas de sustitución” del Imperio Antiguo) y la aparición de estatuas colosales de forma más habitual (con un papel más arquitectónico y que fueron erigidas para embellecer los templos o lo que es más importante, para la glorificación de los reyes cuyos nombres llevaban).
Finalmente mencionar a las pequeñas figurillas existentes en las tumbas. En el Más Allá, el egipcio podía disfrutar de todos sus bienes y propiedades, de ahí que fuera imprescindible llevarse todos esos bienes al reino de Osiris. Esta idea implicaba, en primer lugar, la protección de las tumbas, y por otro lado, propició la fabricación de maquetas y pequeñas figuras que representasen a los esclavos y servidores del finado que debían acompañarle al Más Allá (ushebtis).
* Escultura en relieve
En lo que se refiere a la escultura en relieve, dominan los bajorrelieves, ligados a la arquitectura como decoración de los muros, en las columnas, pilastras, sepulcros o templos o bien en estelas funerarias. Su aparición respondía a dos propósitos fundamentales: en los muros de los templos para glorificar al faraón; en las tumbas para preparar al espíritu en su camino hacia la eternidad. El relieve puede ser alzado o hueco. Es alzado cuando se excava la superficie que rodea a las figuras de manera que éstas sobresalgan del fondo. Es hueco cuando los perfiles de las figuras se graban en la superficie, pudiendo aparecer éstas rehundidas, creando efectos de claroscuro. Los relieves solían pintarse para dar una mayor sensación de realidad, siendo frecuente la inclusión en ellos de diversos detalles sólo pintados, sin necesidad de haberlos tallado previamente en la roca. Igualmente las inscripciones serán un elemento fundamental de los mismos distribuyéndose en torno a las figuras de una forma, aparentemente, aleatoria.
Evolución
El modelo básico de las convenciones artísticas, se formó a lo largo de los primeros siglos de aquel vasto período, y continuó reafirmándose hasta el final. No obstante sufrió crisis, que de haber sido tan inflexible como se suele suponer, le habría hecho sucumbir mucho antes de cuando finalmente lo hizo. El arte egipcio parece ser una alternancia entre el conservadurismo y la innovación, pero nunca permanece estático.
Imperio Antiguo (dinastías III-VI . 2955-2635 A.c.): En esta época la representación del faraón alcanza una manifestación de dominio total y a la vez alejamiento de la realidad. Esta búsqueda de perfección es menor ante el acercamiento de la realidad en algunas estatuas de príncipes y funcionarios, como las figuras sedentes del príncipe "Rahotep y su mujer Nofret cromatizadas" o la estatua de "Cheikh el –Beled" o los escribas sentados.
Imperio Medio (dinastías VII-XVII): En el sur el arcaismo de la escuela tebana propio del primer periodo intermedio desemboca en un realismo con predominio de una expresividad rica y atormentada (El rey aunque sigue siendo personaje divino su poder no sólo procede de la protección de Horus sino de sus victorias frente a los enemigos: estatuas de Sesostris III, en las que se adivina el paso de la edad y se acerca al hombre común, donde se han querido ver razones políticas, acercamiento al pueblo, y religiosas, el ka necesitaría reconocer en todas las edades vitales). En el Norte el arte arraiga más en la nobleza y en la serenidad de los antiguos talleres menfitas, herederos de la tradición e idealismo del I. Antiguo.
Imperio Nuevo (dinastías XVIII-XX. 1554-1080 a.C.): La rigurosa y severa estilización del Imperio Antiguo y el áspero realismo del Imperio Medio fueron reemplazados por un estilo cortesano en el que se combinaban perfectamente la elegancia y la cuidadosa atención hacia los detalles más delicados.
En el reinado de Amenofis IV y en los talleres reales se dá un tratamiento final a las obras que acentúa la sensualidad de las formas, como fruto de la búsqueda de una nueva definición del cuerpo humano. Las razones estuvieron en el cambio de culto a Atón, dios solar, e imaginando y proyectando una línea artística encaminada hacia esta nueva dirección, es decir, a eliminar el hieratismo tradicional del arte egipcio. Al comienzo de su reinado se utilizó un realismo casi caricaturesco, pero poco a poco fue derivando hacia un estilo de sutil belleza y profunda ternura, cualidades perfectamente ejemplificadas en la cabeza de piedra caliza pintada de su esposa, la reina Nefertiti
Se caracteriza también esta época por la coexistencia de distintos estilos que nos permiten hablar de eclecticismo. En la época de Ramses IV se recupera el equilibrio de lo clásico y la congruencia formal
Significado
Los egipcios creían que todo hombre, además de su cuerpo físico, poseía un alma, que se denominaba "ba", y un doble espiritual que denominaban "ka" (fuerza vital). Al morir el cuerpo, el "ba" continuaba viviendo en la tierra y, de noche, descansaba en su cuerpo. El "ka" del mismo individuo iba y venía entre la tierra y el otro mundo. La vida eterna dependía de que tanto el "ba" como el "ka" fueran capaces de reconocer el cuerpo al que pertenecían. Por esto los cadáveres se conservaban momificados.
De esta forma, para que el espíritu (ka) del muerto pudiera seguir disfrutando de su ambiente terreno se momificaba su cuerpo o si éste resultaba destruido, se colocaba una estatua junto con las cosas de que había disfrutado en este mundo. La tumba egipcia será una especie de inversión en tranquilidad espiritual hasta la aparición de la psicostasia, una especie de juicio donde se pesan las almas.
La figura terminada tenía que ser siempre completa, no le debía faltar ningún elemento para que pudiera cumplir su misión, ser soporte del alma para la eternidad. Igual de importante era que se representase en sus mejores condiciones físicas, por ello la mayor parte de las esculturas conservadas son hombres y mujeres idealizadas.
Estas ideas mágico-religiosas estaban estrechamente relacionadas con la creencia en que el artista creaba aquello que estaba representando (representar una ofrenda, mediante grabados en las estelas funerarias, implicaba la auténtica ejecución de esa ofrenda). En ocasiones, servía el simple hecho de escribir, de relatar los regalos que eran entregados al dios, para que éstos, en cierto sentido, cobraran entidad; los signos jeroglíficos, cuya ejecución monumental constituía indudablemente una expresión artística, guardaron múltiples similitudes con las representaciones escultóricas y pictóricas, siguiendo las mismas premisas y cánones, de forma que podían también contribuir a esa creación simbólica. En relación con estas creencias hay que citar también la importancia del nombre, cuya simple pronunciación equivalía a dotar de vida al difunto.
Junto a la religión, es indudable que hay que hablar de propaganda política, identificable en las efigies de los gobernantes y en algunos de los relieves de los grandes templos
Ejemplos
Paleta de Narmer (I); estatura entronizada de Kefrén (2530); Tríada de Mikerinos (IV); Rahotep y su mujer Nofret; Cheikh el –Beled; Escribas sentados; estatuas de Sesostris III (Imperio Medio); colosos sentados de Amenofis III o “Colosos de Mennon” (Imperio Antiguo); Retratos del faraón Akhenatón (XVIII); Busto de Nefertiti (1350); sarcófago de Tutankhamón; colosos de Abu Simbel; cabezas verdes de Berlín (Bajo Imperio, 1080-332 a.C. s. III-II a.C.)
ARTE GRIEGO. ARQUITECTURA
INTRODUCCIÓN: FUNDAMENTOS SOCIALES Y CULTURALES
Grecia es un país de conformación variada y heterogéneamente compuesto, con ásperas montañas, fértiles planicies, recónditas bahías y mares que lo circundan por todas partes, se prestaba a la división y dispersión de la vida de las estirpes griegas en esos estados aislados que eran propiamente las ciudades - estados (polis). De ahí nace, en gran parte, la riqueza de las manifestaciones de la vida griega y su excepcional ansia de independencia y libertad.
El interés de Grecia es doble: por un lado presentan interés en sí misma, por otro, por la repercusión que tendrá en nuestra civilización: es la base de nuestra cultura occidental. Son muchas las ciencias que tienen allí su cuna: Filosofía (Sócrates y Platón), Historia (Herodoto y Tucídides), Física (Arquímedes), Literatura (Esquilo, Sófocles, Eurípides).
En el origen de la cultura griega encontramos varias culturas muy remotas: Raíces sumerias, babilónicas, egipcias y creto-micénicas, que tienen como consecuencia la originalidad de la cultura helénica.
La cultura griega es una cultura antropocéntrica, es decir, todas sus manifestaciones están en función del hombre. Según el filósofo Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas". Incluso los dioses están concebidos como seres afectados por las pasiones humanas (amor, celos, odio, envidia,...), o intervienen en las discordias entre los hombres.
Políticamente se organizó en ciudades-estado: Polis. El caso de la polis es algo insólito en la antigüedad. En líneas generales, se trata de una extensión de terreno muy amplia que comprendía la ciudad, aldeas y granjas. Aristóteles en el siglo IV a. C. escribía que el hombre es un animal político, lo que quiere decir que es un miembro de la polis, pues ésta era una agrupación de ciudadanos frente a los súbditos de los grandes imperios orientales. Cada una con su régimen de gobierno y base económica diferente, sólo se unen ante una amenaza exterior formando un frente común (guerras médicas). Había dos modelos a seguir:
* Aristocrático: Acepta la existencia en algunos hombres de un talento político innato. Son economías cerradas, de base agrícola, y de régimen aristocrático. El ejemplo es Esparta.
* Democrático: Está basado en la igualdad entre los ciudadanos. Poseen una economía abierta, comercial y un régimen democrático. La democracia es algo fundamental en el mundo griego. Es un sistema político basado en la igualdad y el gobierno de los ciudadanos. Los griegos se sienten orgullosos de someterse a un orden, no a un hombre. Las principales instituciones democráticas eran: la Ekklesia ( Asamblea de los ciudadanos); Boulé (Consejo de los 500. Preparaba los asuntos que se iban a tratar en la Asamblea); Magistraturas; Tribunales. La existencia de todos estos organismos, supone la necesidad de espacio para las reuniones.
En lo que se refiere al pensamiento, surge la forma de análisis racional, esto supone una verdadera revolución, se piensa que la filosofía nace en Grecia cuando el hombre se asombra ante la realidad y tras ese primer asombro se plantea la pregunta y la duda.
Más que una religión existe un sistema de concepciones religiosas, es un sentimiento que lo impregna todo, en relación con los dioses, se los humaniza cada vez más. No hay dogmas, ni catecismos, ni predicación, ni clero, salvo en el caso de los santuarios (Olimpia, Delfos, etc.). La religión tuvo mucha influencia en el arte, pues fue necesaria la construcción de santuarios y templos. Y en especial la estrecha relación entre religión y polis.
Esta configuración política de la Grecia clásica, requiere la construcción de recintos urbanos, ya que la simple yuxtaposición de casas sin un orden no podría satisfacer las múltiples funciones que se requieren en una polis. Serán pues necesarios abundantes edificios de carácter representativo para la ciudad. Ello provocará la aparición de una arquitectura que asuma estas nuevas necesidades, no sólo desde un punto de vista funcional, son también, político-religioso, intelectual y estético.
ARQUITECTURA GRIEGA
La historia de la arquitectura es ante todo la historia de las concepciones espaciales. El juicio arquitectónico es fundamentalmente un juicio acerca del espacio interno de los edificios... dicho esto si consideramos a la arquitectura griega como una concepción interior del espacio, ésta tendría un papel secundario en la Historia, sobre todo porque el templo griego está hecho para ser visto desde fuera. Más que arquitectura, los griegos hacen urbanismo, no buscan la creación de espacio interiores, sino los valores plásticos, el exterior de los edificios dentro de un conjunto. Por ejemplo, los Propileos tienen la función de crear un recinto solemne.
Además, en la construcción de los edificios se tienen en cuenta otros aspectos como son las diferentes perspectivas, la relación con la naturaleza, y la topografía del lugar. Platón afirmaba que "La medida y la proporción realizan en todas partes la belleza y la virtud". Esto explica el reconocimiento del orden, buscar la relación de las partes con el todo, y hemos de partir de ahí para buscar los principios estéticos del arte griego. Intelectualmente, la belleza, se define como la armonía de las partes con el todo, y esto lo aplican a la arquitectura y al urbanismo. Relacionado con ello, y como ya se ha comentado, hay que decir que es una arquitectura hecha a la medida del hombre a diferencia de la arquitectura egipcia.
Con todo esto, la arquitectura griega ofrece creaciones formidables, sin olvidar la influencia que los órdenes que crearon ejercerá posteriormente. Aunque en el periodo geométrico existen las primeras edificaciones religiosas de madera y adobe, es a partir del s. VII cuando se generaliza la construcción del edificio más representativo “el templo”, edificio en torno al cual girará nuestra explicación por referirse a él la práctica totalidad de los principios arquitectónicos a parte de ser los edificios mejor conservados.
CARACTERÍSTICAS GENERALES. EL TEMPLO.
Sistema Constructivo
Es una arquitectura arquitrabada formada por elementos verticales (muros y columnas) y horizontales (arquitrabes o dinteles). Ello la dota de una apariencia, serena, al basarse en un perfecto equilibrio entre verticales y horizontales con el capitel como elemento de transición. A pesar de ello se conoce el arco (de hecho aparecerán formas curvas en los llamados tholos, concentrados en los santuarios).
Este sistema estará “sometido” a diferentes reglas u “órdenes arquitectónicos” que se seguirán más o menos estrictamente en cada edificación, pudiéndose incluso combinarse. Ellos se referirán al modo concreto de disponer la columna (stylo en griego), elemento básico del sistema arquitectónico, y su entablamento. Son los órdenes dórico, jónico y corintio.
A. Orden Dórico.- Es el más antiguo de los órdenes, su origen se remonta a la época geométrica ( s. X - s. VIII a. de C.). Su utilización se extendió por la Grecia continental y por las zonas más occidentales del mundo helénico ( Sur de Italia y Sicilia). Entre los ejemplos más representativos estarían el Partenón, los Propíleos y el templo de Hefestos, ambos en Atenas, o el templo de Hera en Paestum (Italia).
Es un orden más sobrio que los otros dos, más severo, más austero. Da una mayor sensación de robustez, por esto mismo se dice que es un orden más viril que los otros dos. La columna, elemento identificador de cada orden se compondrá de tres partes:
Carece de basa, se levanta directamente sobre tres escalones: 2 estereobatos, 1 estilóbato.
Fuste de arista viva. Tiene entre 16 y 20 estrías, disminuyendo de grosor según se asciende. El fuste está formado por una serie de piezas cilíndricas superpuestas (tambores) con un agujero central, donde se inserta una barra metálica. Las juntas se tapaban con estuco de mármol. El diámetro de este tipo de columnas es progresivamente decreciente desde el estilóbato, aunque se hincha ligeramente a los 2/5 de su altura: es lo que se llama “éntasis”, que le confiere flexibilidad visual. En el extremo superior del fuste hay una pequeña moldura, el collarino, en contacto con el capitel, aunque formando parte del fuste.
Capitel, es de origen cretense. Consta de dos piezas: equino, moldura curva y almohadillada, y, sobre éste, el ábaco, que es una losa cuadrada de remate que recibe los elementos de carga o entablamento. En este capitel hay una tendencia a la esbeltez.
Sobre las columnas se apoya el entablamento formado por:
Arquitrabe: Viga lisa que recorre todo el entablamento.
Friso: Elemento característico de este orden, está dividido en triglifos (es un elemento vertical compuesto por rectángulos formados por “grifos” o listeles verticales, que corresponden a las terminaciones de las primitivas vigas de madera) y metopas (superficies cuadradas normalmente decoradas con relieves, y que en los primitivos templos era un ladrillo recubierto de cerámica utilizado para tapar los espacios situados entre las cabeceras salientes de las vigas); al pie de cada triglifo hay una varilla, la “régula”, adornada con “gotas”. La forma de colocación es 1 triglifo por columna y uno por intercolumnio, en los ángulos coinciden dos triglifos, los triglifos siempre se sitúan en el centro de la columna.
Cornisa: es el remate final con tejado a dos aguas. Está formado por el frontón, que corona el entablamento, integrado por: Tímpano (espacio triangular normalmente decorado por esculturas y delimitado de la cornisa por una moldura llamada “cimacio”), acróteras (normalmente tres situadas en las esquinas de los vértices) y gárgolas.
B. Orden Jónico.- Tuvo su origen en la costa asiática a comienzos del s. VI a. de C. Como ejemplo de sus características tendríamos el templo de Atenea Nike o el Erecteión en la Acrópolis. Su característica fundamental es su carácter más esbelto, más elegante que el dórico. En lo que se refiere a los cambios formales de la columna:
Basa, es la llamada basa ática formada por un “plinto” (pedestal con forma de paralelepípedo), dos “boceles” o “toros” (modillones convexos) y una “escocia” (moldura cóncava).
Fuste cilíndrico, normalmente de una sola pieza, con estrías o acanaladuras de arista roma (en torno a las 24 aristas). Carece de éntasis, aunque el diámetro de la columna disminuye de abajo arriba. Una delgada moldura, el “astrágalo”, lo separa del capitel.
El capitel tiene un equino con las características volutas jónicas dobles enroscadas en espiral, cuyos antecedentes se remonan al arte hitita. Cuando el capitel hace ángulo, se inventa el "capitel de esquina", girando la voluta 45º, y colocando otra voluta en el lateral. Finalmente el equino se decora con una corona de ovas y un cordón de perlas. El ábaco, finamente tallado y muy estrecho, tiene hojas y dardos.
El entablamento jónico está formado por:
Un arquitrabe dividido en tres bandas horizontales de perfil escalonado: las “fascias”. Esta triple división refleja los tres escalones sobre los que se erige el templo.
Sobre él, un friso corrido, huyendo de las complicaciones de los triglifos y metopas en el que se ubica habitualmente un relieve narrativo.
La cornisa es menos volada que en el dórico y está decorada normalmente con “dentellones” (reminiscencia de las terminaciones de las vigas en la techumbre).
C-Orden Corintio.- Es el último en aparecer, fruto del deseo de riqueza de la arquitectura griega. Deriva del jónico del que sólo se distingue por la forma del capitel, que no posee equino, y cuyo ábaco está formado por dos filas de hojas de acanto superpuestas de la que arrancan dos largos tallos enroscados en espiral. Su origen se atribuye a una cestilla de ofrendas que estaba sobre la tumba de una doncella de Corinto y en torno a la cual había crecido la vegetación. Este cestillo fue visto por el broncista Calímaco y copiado por él. Apareció muy tarde, por tanto no fue muy usado en Grecia, aunque si lo fue en Roma. Un ejemplo monumental de este tipo sería el Olimpeion o templo de Zeus Olímpico en Atenas, siendo un orden muy utilizado posteriormente en el arte helenístico y romano.
En los tres órdenes se alza sobre la cornisa frontones triangulares. El espacio interior del frontón se llama tímpano y será el lugar preferido para la decoración escultórica en los templos. Los frontones suelen estar coronados en sus vértices y esquinas por las acróteras. También aparecen las gárgolas, cabezas de animales con que se disimulan los desagües de la cubierta. Otro soporte utilizado en Grecia son las Cariátides. Sustitución del fuste de las columnas por una escultura femenina con basa y capitel en general, soportan un entablamento jónico de friso corrido.
Estructuras
Son muy variados los diferentes tipos de edificios realizados por el arte griego. Aunque luego analizaremos los principales elementos que definen la ciudad, es en ésta donde se concentran la mayoría, yendo desde los espacios y edificios públicos como pórticos columnados,
ágoras y stoas o el bouleterion. junto a ellos se encontraban edificios recreativos como el odeón, el stadium, el hipódromo, etc. y sobre todo el teatro.
Debido a su extensión y complejidad nos centraremos, sin embargo, en el edificio más representativo, el templo.
La religión griega celebraba sus ceremonias al aire libre, y por eso lo único imprescindible era un altar. Pero cuando empezaron a esculpir estatuas de sus dioses tuvieron que cobijarlas para protegerlas, y por ello se construyeron los templos. Sin embargo, éstos no fueron pensados para albergar a los fieles, ya que los rituales seguían oficiándose en un altar situado en el lado derecho de la entrada. El templo era, simplemente, la morada de la divinidad, y por ello se valoró la envoltura arquitectónica externa, emblema de su esplendor y grandeza y de la importancia de la polis. El lugar preferente de localización de los mismos serán las “acrópolis”, la parte sagrada de las polis, que se encontraban en las mesetas montañosas, donde se situaban las primitivas ciudades fortificadas. Con el crecimiento urbano hacia el llano, las acrópolis quedaron convertidas en ciudadelas con un carácter habitualmente sagrado o temenos (caso significativo será la de Atenas).
La orientación de los templos seguía el curso solar, de este a oeste. Su estructura en planta consistía en un pórtico o “pronaos”, que permitía el acceso a la sala que albergaba la estatua de la divinidad, el “naos”. Con el fin de procurar al templo un aspecto más simétrico, la fachada posterior poseía otro pórtico, el “opistódomos”, que no se comunicaba con el “naos”. A pesar de todo, existirán muchas variantes.
Por su estructura en planta, los templos pueden clasificarse en cuatro grupos, de los más sencillos a los más complejos:
a) In antis. Las paredes laterales del naos se prolongan hacia el frente para formar el pronaos, que finaliza en una pilastra o anta a cada lado. Se enmarca, así, un espacio con sólo dos columnas en la fachada.
b) Próstilos. Son los templos de cuatro columnas en la entrada que sostienen un pórtico más airoso.
c) Anfipróstilos. En ellos el pórtico próstilo delantero se reproduce en la fachada trasera.
d) Perípteros. Son los más grandes, situados en espacios abiertos para ser contemplados desde muchos puntos de vista. La columnata –el peristilo- envuelve los cuatro costados del templo, para que cada uno de sus lados cause la misma impresión. Existe una relación proporcional entre el número de columnas frontales y laterales. Así, en la época arcaica –hasta el primer tercio del siglo V a.C.- abundaba el templo con seis columnas frontales, por dieciséis laterales. En la época clásica -siglos V y IV a.C.-, durante el gobierno de Pericles, se generalizó una fórmula matemática. El número de columnas frontales, siempre par, se duplicaba en los costados, y se añadía una columna más, por lo cual el número total de columnas laterales siempre era impar (2n + 1. donde «n» es el numero de columnas en su pórtico frontal). Un caso particular de templos perípteros son los monópteros, con peristilo circular. El díptero, por último, es un templo con doble peristilo, cuya variante es el pseudodíptero, donde el peristilo, único, se sitúa a más de dos intercolumnios de la cella.
Por otra parte, según el número de columnas frontales, los templos pueden ser: tetrástilos (4 columnas), hexástílos (6), octástilos (8), decástilos (10) y dodecástilos (12).
Materiales
El principal será la piedra, bien caliza (poros) bien el mármol que contaba con excepcionales yacimientos como el Pentélico. También se utilizan en sus edificaciones adobe, madera, terracota, sobre todo en las primeras construcciones monumentales y en los edificios privados.
Técnica
Hay una obsesión por la perfección técnica de sus obras, lo que se observará en el perfecto acabado de sus muros y columnas (estas divididas en tres partes: basa, fuste y capitel). En aquellos, sillares regulares perfectamente cortados y unidos por nexos de plomo se disponían a soga y tizón.
Proporción y armonía
En general se rehuye del monumentalismo típico de otros pueblos orientales ajustándose mucho más a una medida humana (antropocentrismo) de tal forma que se evite la sensación de insignificancia. “El hombre es la medida de todas las cosas”. Así, la arquitectura griega no abruma al observador con una excesiva monumentalidad y rara vez está dispuesta simétricamente a lo largo de un eje, sino que busca las relaciones espaciales sutiles, desde diferentes puntos de vista.
De este modo la armonía se convierte en el objetivo principal. Número, proporción y equilibrio (euritmia) serán ideales de belleza según la concepción racional griega. Fruto de esa armonización y ordenación canónica será la aparición de los “órdenes clásicos” que son aplicados de forma sucesiva. En este sentido, se empleó el “módulo”, que venía determinado por la relación entre diámetro y altura en el fuste de una columna (proporción que variaría en función del orden empleado: dórico 6 veces, jónico 9 y corintio 10), reflejo todo ello de la importancia de la matemática y en concreto la geometría (la proporción residía en el número según los pitagóricos). La repetición periódica de elementos les lleva al ritmo, concepto común a la poesía y a la música, que en arquitectura se aprecia, por ejemplo, en el friso y en la alternancia masa-hueco que crea incluso efectos de claroscuro.
Para alcanzar dicha armonía visual, además, se utilizan ciertos elementos de corrección visual como: se arquean ligeramente los arquitrabes y estilóbatos; intercolumnios de anchura más estrecha en los extremos cuyas columnas, a la vez, se inclinan hacia dentro y son más amplias; éntasis en las columnas.
Espacio
De forma estricta, la arquitectura griega (y en concreto el templo) no es tal, si consideramos a la arquitectura como una concepción exterior del espacio. Y es que el templo griego, su realización más característica, está concebido para ser visto desde fuera (el interior se usa exclusivamente para albergar la estatua). Se dice por ello que es una arquitectura de “valores escultóricos” que refuerzan la autonomía del edificio, predominando su agrupación libre (por ejemplo en grandes santuarios y temenos, como la Acrópolis de Atenas). La tipología del templo griego se compone de un santuario y el perímetro de columnas que lo rodean y articulan el espacio exterior. En este sentido es el modelo opuesto del templo egipcio, cuyas columnas están dispuestas dentro de un recinto amurallado. La originalidad de esta tipología reside en que, quizás por primera vez en la historia, se da prioridad al aspecto externo de un edificio que contiene un espacio sagrado. Habrá que esperar a la arquitectura pública para observar el manejo de espacios interiores.
Decoración
A pesar de no estar excesivamente recargada, la arquitectura presenta importantes elementos escultóricos en diferentes zonas de la obra que refuerzan las formas estructurales del edificio y contribuyen a su comprensión. En un sentido semejante se entiende el uso del color que subraya ciertos elementos estructurales en un perfecto equilibrio entre lo decorativo y lo estructural, a pesar de estar subordinado el primero a lo segundo. Elementos ornamentales serán la espiral, la roseta, las ondas o entrelazado de formas curvas, las ovas, las perlas, o las palmetas, realzan las construcciones arquitectónicas, las cuales, además, presentaban policromía en partes como los triglifos (azul), o las metopas (rojo).
Función
La funcionalidad de la arquitectura es eminentemente religiosa (templo) y pública (teatros, gimnasios, estadios, ágoras, stoas,...). De hecho existe un gran interés por la planificación urbanística aplicada a ciudades nuevas o reconstruidas, utilizando el plano hipodámico y con una zona central pública donde se situaba el ágora, stoas y los diferentes edificios administrativos (bouleterion).
EVOLUCIÓN DE LA ARQUITECTURA GRIEGA
La evolución de la arquitectura y los órdenes griegos guardarán una estrecha relación con el propio desarrollo del templo griego. Es por ello que se tiende a su identificación y a analizar la arquitectura helena en función de sus edificios religiosos, su más altos logros y los que mejor se nos han conservado. Continuaremos con esta asociación, recordando que, esencialmente, hablamos de templos.
ARQUITECTURA ARCAICA. ORÍGENES (S. VIII-VII a.C.)
Antecedentes. El viejo hogar micénico, el “megarón”, se supone que está en el origen del templo griego. De acusada direccionalidad y totalmente cerrado se unirá al pórtico abierto circundante.
Estructura. Tres rasgos se definirán a partir de éste: un espacio abierto a la naturaleza donde se produce el culto; una habitación para acoger el dios y las ofrendas; y un recinto más amplio, el “temenos”, espacio sagrado. Tras un periodo de capillas absidiales, los primeros templos parecen ser rectangulares, con la cella generalmente muy alargada (hekatonpedom), con techo a dos aguas muy pronunciados y pórtico con dos columnas “in antis”. Al principio seguramente sin pronaos y sin una clara compartimentación espacial interior, debido a que es éste un periodo de búsqueda y de soluciones individuales hasta alcanzar formas canónicas que aparecerán a finales del VI. Por ello también nos encontraremos con plantas próstilas y anfipróstilas.
Materiales. Al principio son de modestas dimensiones hechos en madera y adobe. El amplio alero permitía proteger la estructura de ladrillos de adobe de la lluvia. Esta primitiva consideración práctica acabó siéndolo estética.El cambio a la piedra exigió de una tecnología que se puede comparar al proceso iniciado por Dzoser, tal vez por ello la aparición de espesas columnas o superestructuras y los macizos cimientos.
Significación/Comparación. Estos cambios tan importantes hacia estructuras permanentes y monumentales tendrán mucho que ver con el principio de la prosperidad de las polis, de su extensa colonización y de la génesis de una tradición y una fe común griegas. La nueva tecnología que se irá incorporando está pues relacionada con el orgullo de la comunidad en la fortaleza de la ciudad, coetánea del renacimiento de la escultura en piedra. Ambas eran exhibición de la prosperidad de la ciudad.
Hasta ahora, en Oriente Próximo, los templos normalmente tenían salas de culto herméticamente cerradas desde el exterior (santuario egipcio). Ahora más que abrir la cella (simple contenedor) se rodea a ésta de un anillo de columnas. Se pasa así del antiguo tabernáculo de la imagen sagrada a la creación de una forma que actuaba como un objeto en el espacio y tenía validez visual desde todos lados. La casa de la deidad se convertía así en el monumento y talismán de la ciudad. Este avance conceptual es lo realmente revolucionario de estos primeros templos.
Evolución. Este esquema rectangular se alargará y monumentalizará al servicio del dios, rodeándose de columnas (peristilo) a lo largo de los siglos VIII y VII. Su ampliación dará origen al templo dórico extendido en Grecia a partir del siglo VII. Se atribuye a influjos egipcios (relaciones comerciales sobre todo a partir del siglo VII) su paso a la monumentalidad (la monumentalidad de los bosques de columnas egipcios que ahora se vuelcan al exterior) y a la piedra (son necesarias nuevas técnicas de extracción y trabajo) e incluso el modelo dórico, teniendo el capitel antecedentes micénicos. Pero sobre todo se debe al enriquecimiento económico de la ciudad (inicio de las migraciones coloniales y expansionismo comercial) y a cambios sociopolíticos.
Igualmente, la introducción de tejas de terracota (sustentadas por su peso) permitirán tejados más equilibrados y de menor pendiente que al principio.
Ejemplos. Primitivo templo de Hera de Samos (VIII a.C.).
ARQUITECTURA ARCAICA (VI. a.C.)
Localización
El orden dórico queda establecido en el siglo VI a.C. en el Peloponeso extendiéndose a partir de aquí por Grecia (Atenas, Delfos, Corinto) y por la Magna Grecia y Sicilia (Paestum, Selinunte, Agrigento, Siracusa).
Elementos
Las columnas son achaparradas, con fuerte éntasis normalmente, y en el capitel un voluminoso equino de gran vuelo. Entablamentos altos y pesados (llegando a los 2,75 diámetros inferiores), remarcándose con especial fuerza el arquitrabe y el cimacio. En el friso preponderancia de los triglifos sobre las metopas, que parecen algo comprimidas.
Espacio
La cella suele aparecer alargada y dividida en naves, más frecuentemente tres separadas por una columnata dórica en dos plantas en lugar de la anterior columnata central. En fin una compartimentación más racional del espacio.
Significación
El desarrollo de la “Revolución Hoplítica” crea una nueva conciencia en el “demos” que exige más derechos frente a la aristocracia. La tiranía, nueva forma de gobierno “populista” que rata de “satisfacer” esta necesidad tratará de apoyar esta legitimidad en la sanción religiosa con la creación de nuevos cultos (por ejemplo Pisístrato introduce los Festivales Panatenaicos en honor a Atenea a mitad del siglo VI) y en la promoción de obras públicas de gran envergadura (que, a la vez, son propaganda de la ciudad y su líder) como la reordenación de áreas sagradas como la Acrópolis. Junto a ello se produce una carrera de construcciones y ofrendas en los grandes santuarios panhelénicos de Olimpia y Delfos. Las dimensiones y proporciones de los templos estarán pues en función de aquel que los encarga.
Magna Grecia
La Magna Grecia y Sicilia serán zonas colonizadas entre el siglo VIII y VII por las polis griegas. Entre estas nuevas ciudades enormemente prósperas se sitúan: Selinonte, Paestum, Agrigento, Siracusa.
Existen marcadas diferencias con las polis griegas: no estaban marcadas por una edad legendaria de ancestros panhelénicos, y la propia geografía era distinta, al situarse en amplias llanuras muy fértiles que abastecen de trigo a la propia Hélade. Para “marcar“ estos nuevos territorios, la arquitectura adquiriría unas características especiales que se alejan en muchas ocasiones de las estrictas ataduras canónicas de los templos de la metrópoli y se orientan a remarcar el esplendor y la prosperidad de las mismas
Por ejemplo, en Sicilia no había canteras de mármol, y por ello la arquitectura se confiaba a variedades locales de una caliza algo desmenuzable y una arenisca y una arenisca que debía protegerse con capas de estuco y revestimiento de terracota. El mármol, importado de Grecia, era utilizado para detalles o esculturas.
Se mantendrá el tipo canónico dórico exterior pero otras costumbres de culto y concepciones espaciales conducen a cambios en el interior, desarrollándose un tipo regional particular. La cella conserva el tipo estrecho arcaico, con un espacio posterior, el inaccesible ádyton (Paestum): Los pórticos delanteros serán muy espaciosos, remarcándose con escalinatas (Selinunte) lo que da más direccionalidad al edificio (por otro lado en ocasiones como en Paestum el perístasis tiene una anchura de dos intercolumnios). Las dimensiones suelen ser gigantes no siendo raros los frentes de 8-9 columnas.
En la época clásica se mantendrían estas constanes algo más equilibradas por la influencia ateniense.
Ejemplos representativos de templos de esta área: Templo de Apolo en Corinto (VI), Templo de Hera en Paestum (“Basílica”), Templo C de Selinunte (siglo VI).
Arquitectura arcaica en Jonia
En la Grecia Oriental costera y en el siglo VI surge el jónico
Serán enormes construcciones, muy monumentales, auténticos bosques de columnas, con influencias orientales más acusadas (egipcias) en el marco de un gran lujo reflejado en el gusto por la ornamentación. En general todos ellos presentan similitudes del tipo: columnata perimetral que acaba siendo doble (díptero), formación de fachada en pórticos muy desarrollados en profundidad lo que acentuará la direccionalidad del edificio.
El orden jonio será más ornamental (lo femenino según Vitrubio; lo orgánico frente a lo abstracto dórico) con formas vegetales y curvilíneas. Columnas más esbeltas y basa decorada culminan en un entablamento más ligero. A ello se une la monumentalidad que rompe las relaciones canónicas muchas veces.
La riqueza y rivalidad de las ciudades jonias llevó a una auténtica fiebre constructiva en la que se competía en monumentalidad.
Ejemplos de sus edificaciones serán:
Templo de Hera en Samos (Heraion III), Templo Artemisio en Éfeso, Templo de Apolo en Dídima.
LA ARQUITECTURA CLÁSICA (V y IV a.C.)
Marco histórico
Tras la victoria de las Guerras Médicas, las ciudades se aplican a la tarea de reconstruir sus ciudades en el marco de un reforzamiento de su identidad cultural frente al “bárbaro” derrotado frente a una civilización culturalmente más poderosa. Es la victoria del logos y la moderación frente a la desmesura.
De esta forma, el nuevo edificio clásico se apoya en un equilibrio total de las fuerzas. Es el ejemplo del pensamiento griego que toma una idea (o forma) y la perfecciona dándole una validez universal. La arquitectura es así conservadora y cada edificio existe dentro de los límites de esa norma. El templo es así un sistema de diseño ideal. Por esto, las características que ahora incluimos se relacionan con las de carácter general antes comentadas.
Proporción
La cuidada armonía de las partes entre sí y con el todo es un principio básico. El diámetro de la columna se convierte en el módulo base para construir las partes inferiores y superiores. En un proceso de estilización evidente, la altura del fuste pasará a ser en el siglo V 5,5 o 5,75 veces el diámetro (4,5 o 5 en el VI) y la columna 11 veces el capitel (8 en el VI) en una relación que se asemeja en escultura a la existente entre cuerpo y cabeza; igualmente el entablamento lo es en torno a 1,8 veces el diámetro (2,75 en el arcaico). La relación vertical se estructura en una repetición de “ritmos” entre columna e intercolumnio que tienen su correspondencia en triglifos y metopas e, incluso más arriba, con gárgolas o antefijas. El simbolismo arquitectónico llegó a exigir no sólo que cada triglifo se correspondiera a un intercolumnio y columna sino que ocuparán las esquinas, puesto que las 4 esquinas del peristilo estaban definidas por columnas; ello creó ciertos problemas resueltos bien ampliando el espacio entre triglifos o reduciendo los intercolumnios. Para lograr la perfección sensitiva se llegó al desarrollo igualmente de toda una serie de correcciones ópticas.
Espacio exterior
El templo es una construcción marcadamente artificial, de ángulos rectos y geometrías puras. Así permanece en el terreno como algo aparte (autarquía formal), como un monumento de abstracción vital renunciando a la fusión (la plataforma sobre la que se sitúa el edificio cumpliría esa función de aislamiento) con el marco natural griego, tan agitado y opuesto; no invade la naturaleza. Contraste de lo natural y lo inventado; de las oscuras fuerzas divinas y los logros humanos. Por ello el lugar elegido para la construcción no era casual, algo habría ocurrido antiguamente allí (dioses, héroes, hazañas). El templo es pues el lugar de unión de lo divino y lo humano y el lugar se rodeará de estatuas.
Es pues una auténtica arquitectura en el espacio. La pantalla de columnas subrayará su falta de direccionalidad (cada intercolumnio podría funcionar como una puerta e incluso la calzada que accede al recinto se orientaba de forma que hiciera posible la visión a la vez de dos lados del edificio). Además estará perfectamente regulada llegándose a una ordenación canónica (laterales el doble más una de las columnas de los frentes).
Espacio interior
En su núcleo, el templo conserva la direccionalidad del megarón. El camino hacia su interior se enfatiza por un estrechamiento gradual del espacio. Tras el espacio libre del temenos, el pórtico de la fachada, que invita a detenerse o a recorrerlo interiormente. Las antas que cierran lateralmente la cella provocan el movimiento de penetración en ella. Dos columnatas de dos pisos cierran su espacio a ambos lados restringiéndolo a una nave central cuyo eje termina en la estatua en un marco espacial claro. Pórtico y opistodomos dan simetría al conjunto. A pesar de ello, la arquitectura griega no lo es de interiores, pues sus espacios no están destinados a las celebraciones que se celebrarán al exterior.
Manifestaciones (hacer referencia a las obras)
Se toma como referencia del inicio del periodo clásico al templo de Zeus en Olimpia (primera mitad del siglo
V a.C.), períptero y hexástilo que ya guarda la proporción clásica (6 por 13 columnas laterales). De orden dórico, su interior albergó la gran estatua crisoelefantina de Zeus realizada por Fidias.
Pero sin duda el conjunto más importante de este periodo es el levantado en la Acrópolis por Pericles durante la segunda mitad del siglo V. El conjunto pretende reconstruir los templos dañados por los persas y mostrar el poder de Atenas. En él podemos encontrar los Propileos de Menesicles, el Erecteion, el templo de Atenea Niké y el Partenón.
ARQUITECTURA CIVIL
Características
Hasta ahora prácticamente nos hemos centrado exclusivamente en la arquitectura religiosa, que es además de la que conservamos restos más completos, pero se debe señalar que la ciudad griega va a protagonizar un destacado proceso de crecimiento que obligará a la construcción de toda una serie de edificios públicos que den cobertura a las nuevas necesidades. A pesar de mantener importantes conexiones con los principios arquitectónicos de las obras religiosas (proporciones, sistema arquitrabado, importancia de la columna,...) responderá perfectamente a las nuevas funciones.
Su desarrollo tendrá lugar, muy especialmente, a partir del periodo helenístico. La conquista de Oriente por Alejandro provocó, de un lado, la creación y planificación de nuevas ciudades que consolidaron los intereses comerciales griegos y, de otro, la remodelación de las antiguas (Atenas, Priene,...), proyectando en su diseño los nuevos ideales de vida. Es época de grandes concepciones urbanísticas. La ciudad es lujo, propaganda, ostentación, con zonas de esparcimiento y cultura.
Ciertas fórmulas constructivas se extenderán por todo el mundo griego.
Espacios públicos
El pórtico columnado creará ambientes públicos diversos como stoas (Atalo en Atenas), gimnasios (espacios rectangulares al aire libre rodeado de pórticos columnados con habitaciones, ágoras decoradas con estatuas.
El ágora era el foro público, alternativa democrática a los dos grandes focos organizadores de las ciudades no griegas, el templo y el palacio. Era el lugar de los discursos públicos, de la asamblea de ciudadanos, de la actividad comercial y de ocio. Los edificios públicos más importantes y el mercado estaba en su alrededor, delimitado por stoas (estoicismo), otra gran creación griega que no es sino una nave porticada por delante y un muro por detrás que puede incluir espacios para tiendas y en ocasiones dos plantas cubiertas con tejados a dos aguas
Edificios públicos
El bouleterion, que albergaba a los miembros del consejo legislativo (bulé) y las asambleas
Edificios recreativos
Las construcciones recreativas como el odeón (certámenes filarmónicos, recitales), el stadium, (carreras de atletas), el hipódromo (carreras de caballos), el gimnasio (centro de reunión y deporte en torno a la palestra), y sobre todo el teatro que contaba también con un componente religioso y estaba perfectamente estructurado (orchestra, skené, theatron o cávea)
Urbanismo
Si bien Atenas presentó un plano en general irregular y tradicional, otras urbes, sobre todo en la costa jonia (tras las destrucciones de las Guerras médicas) y más profundamente durante el periodo helenístico, se basaron en el razado hipodámico (de Hipodamos de Mileto del siglo V a.C.), más moderno y regular, ortogonal, con calles paralelas longitudinales a la pendiente y calles transversales cruzadas en ángulo recto. Ciudades como Mileto o Priene ya presentan esta planificación, que distingue claramente los dos elementos básicos de toda ciudad griega: el centro cívico y la zona destinada a vivienda, siendo el ágora la zona central de la misma en todos los aspectos.
La casa es muy modesta y de materiales más bien pobres, en general hasta el siglo V, pues el ciudadano vive proyectado hacia la comunidad y el espacio urbano. Se organizaría en torno a un patio interior porticado que airea y da luz a las habitaciones. Habrá que esperar a los cambios políticos y culturales (individualismo, cosmopolitismo) para ver revalorizar el ámbito privado y la aparición de amplios peristilos decorados con frescos y mosaicos.
Ejemplos
Ciudades de Mileto (Va.C.) y Priene; stoa de Atalo en Atenas (II); teatro de Epidauro (IV)
ARQUITECTURA HELENÍSTICA
Localización
La expansión de Alejandro a partir de la segunda mitad del siglo IV provocó importantes cambios de orden económico y político que tuvieron su referente cultural. El nuevo periodo se extendería pues desde dicha fecha hasta el siglo I y la caída de los últimos reinos helenísticos (Ptolomeos) El éxito de la campaña de Alejandro supuso de hecho el fin de la polis clásica:
desarrollo del mercenariado frente al deber ciudadano (ciudadano-soldado) militar a la polis (igualmente se produjo una profesionalización en los juegos atléticos siendo sus victorias ahora mucho más prácticas que los anteriores “premios divinos” a los kuroi
una nueva estructura imperial que, aparte de acabar con las ciudades-estado “democráticas, redujo el status del individuo (lo que lo clásico celebraba era la grandeza del individuo en el marco de la polis)
la eliminación de la antigua dualidad griegos/bárbaros al mezclarse a raíz de las conquistas de Alejandro. Ya no hay un “modelo” de civilización y orden frente al caos
la ruptura en la relación hombres-dioses al deificarse al propio Alejandro, incluso en vida (orientalismo)
Ello se unió a un importante enriquecimiento económico de ciertos sectores que se entregaron al lujo oriental mostrando su poder personal
Antecedentes
Los antecedentes se pueden rastrear incluso en la misma Atenas en el siglo V en ciertos elementos luego muy repetidos: las columnas adosadas del Erecteion (motivo luego muy frecuente); la especial atención por el espacio interior que manifiesta el Partenón (desplazamiento de la columnata interior hacia los laterales y por detrás de la estatura y el friso interior que invita al público a entrar) lo que le lleva a convertirse en un “museo cívico” y una cierta orientación hacia lo teatral; el capitel corintio del templo de Apolo en Bassae y su sentido no arquitectónico (columna como soporte) sino decorativo, que se une a las propia columnas jónicas adosadas y decoradas con 3 volutas, de este modo la antigua lógica tectónica era así superada por el elemento pictórico, el camino hacia la creatividad y ruptura de órdenes quedaba abierto. Igualmente en este templo se subraya esa tendencia a dejar libre a la cella magnificando su espacio que además se ve enriquecido con un friso interior.
Características
Es una especie de síntesis de lo griego con influencias orientales (colosalismo, barroquismo, abovedamientos,...) que llevó a un eclecticismo que liberó al arte de un cierto estancamiento de los moldes canónicos con un nuevo uso más libre de los tipos arquitectónicos
Aparición de nuevos edificios (palacios, bibliotecas, faros, altares...) cada uno con una función específica
Se utilizan sistemas constructivos adintelados pero comienzan a aparecer con más frecuencia los abovedados
Se continúan usando los órdenes clásicos, pero con especial incidencia del corintio por su riqueza decorativa, intensificándose la mezcla de órdenes, también en altura, en un mismo edificio.
Se pierde el carácter no direccional potenciándose la axialidad en el edificio y se buscan efectos teatrales que se basan en la sorpresa, cambio de escalas y niveles, juegos formales,... en un juego en el que se invita a participar al espectador pero que él no controla, algo muy distinto de lo que ocurría en el templo clásico
Afán de colosalismo y monumentalidad, lo que lleva a la pérdida del canon (columnas de más de 20 metros). Su carácter estará estrechamente relacionado con el afán propagandístico de los príncipes helenísticos.
Mayor profusión de otros elementos decorativos (incluso las basas y plintos se decoran, y en los capiteles empiezan a aparecer figuras de dioses o animales adelantado el capitel figurado)
Ejemplos
Stoa de Atalo en Atenas, Templo de Apolo en Dídima, Templo de Aremisia en Éfeso, Templo de Zeus Olímpico en Atenas, Altar de Zeus en Pérgamo
LA ESCULTURA GRIEGA.
La escultura, y en concreto la escultura griega y su enorme evolución, nos permite conocer los detalles de la sociedad que la produjo. La escultura es el campo más expresivo y brillante de la cultura clásica griega. La cultura griega, como ya se ha dicho, es una cultura antropocéntrica, este interés por lo humano se refleja en la escultura, su evolución parte de la rigidez de los Kuros y Korai arcaicos hasta las esculturas sensuales y llenas de expresividad del helenismo.
Su importancia irá mucho más allá del propio espacio cronológico y espacial donde tiene lugar al ser la base de toda plástica occidental durante buena parte de su historia. La noción de lo “clásico” tiene en la escultura su base esencial.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Estas características aunque en cierta medida son aplicables a todas las manifestaciones escultóricas griegas, tienen su referente principal en la época clásica (siglos V y IV a.C.) donde ésta se convierte en modélica.
MATERIALES Y TÉCNICA
Uso del mármol, bronce (sobre todo a partir del siglo V) piedra caliza, terracota, marfil, oro y madera. El problema es la falta de originales debido a su pérdida puesto que lo que hoy poseemos son, fundamentalmente, copias romanas en mármol.
La técnica que se utilizaba era el cincelado y el punteado a partir de un bloque de piedra sobre el que se trasladaba la forma escultórica a partir de ejes de coordenadas y puntos.
En lo que se refiere al bronce, se utilizaba la técnica de la “cera perdida”
ANTROPOCENTRISMO
La obra se centra en el hombre, eje del desarrollo político y cultural de Grecia. El hombre es el eje ordenador de todas las cosas (sofismo), principio explicativo y medida de las cosas. Es por eso que los dioses adquieren la forma de bellos seres humanos y por ello el hombre a representar aparece como ser perfecto que vive en un perfecto equilibrio interior (sofrosine). Los dioses adquieren la forma de bellos seres hmanos, pero hombres al fin y al cabo.
BELLEZA
Concebida como medida, proporción entre las partes, anatomía armoniosa e idealizada. La figura acaba respondiendo a unas razones canónicas, de base matemática, que la dotan de armonía al establecer una relación de cada una de las partes con el todo y entre sí (diartrosis). Este camino conduciría a la belleza ideal representada por el canon de Policleto.
MÍMESIS
El arte es imitación de la Naturaleza, de la apariencia visible. Domina pues el realismo caminándose a la más perfecta reproducción del cuerpo humano. No es una copia sino una reconstrucción de la naturaleza a partir de sus principios universales.
MOVIMIENTO
Uno de los principios que guían la evolución de la escultura es la conquista del espacio, dotar a la figura de un movimiento natural en un espacio real y con un carácter plenamente volumétrico (contraposto) que acabará por poder ser contemplado desde diferentes puntos de vista a pesar de que prácticamente hasta el helenismo dominará exclusivamente un punto de vista frontal (o como mucho bidimensional).
ORNAMENTACIÓN
Un elemento fundamental de toda estatua en mármol era la policromía (mediante el gámosis: el pigmento se aplicaba diluido con cera. Este colorido es suave, casi translúcido, imitando la calidad del alabastro), empleándose para los bronces postizos (láminas de plata en los labios, pasta vítrea en los ojos, rodetes de cuero en los pezones).
EVOLUCIÓN
Es imposible comprender la escultura griega en su conjunto, y ello lo hemos apreciado al describir algunos de los elementos anteriores, sin tener en cuenta su carácter evolutivo, de búsqueda constante. Es por ello necesario analizar por separado cada una de sus etapas para comprender cómo evolucionaron los conceptos anteriormente mencionados, por ejemplo desde el frontalismo y rigidez del periodo arcaico al naturalismo idealizado del periodo clásico, culminando en el helenismo dramático y monumental.
Dentro de la escultura griega distinguimos tres períodos:
* Período arcaico, llega hasta el s. V. a.C.
* Período clásico, abarca los siglos V y IV a. C.
* Período helenístico, que se da desde finales del siglo IV hasta la invasión romana.
EVOLUCIÓN DE LA ESCULTURA GRIEGA
ESCULTURA GRIEGA ARCAICA (VIII-VI a.C.)
En esta primera etapa, se asiste a un proceso de búsqueda de nuevas formas que satisfagan las nuevas necesidades sociales, religiosas y culturales. En este sentido se tomarán como modelos las esculturas egipcias y del Mediterráneo oriental en torno a nuevas tipologías, que se convierten en dominantes como los kuroi y las korai. Veremos primero las características generales de este periodo para luego observar su evolución.
GEOMETRISMO
Tratamiento geométrico de la anatomía corporal en el caso de los Kuroi, en especial en zonas como el cabello o la musculatura que se disponen como figuras geométricas o en torno a ejes, verticales y horizontales que definen partes simétricas: Tórax excesivamente abombado y de una gran anchura, contrasta con el abdomen muy reducido lo que resulta desproporcionado; la representación de la rodilla se solventa dándole forma de trapecio invertido; perfil anterior de la pierna representado por una arista viva; geometrización del cabello, ojos almendrados, labios cerrados o, a lo sumo, el labio superior levantado, intentando una sonrisa “mecánica” (sonrisa arcaica). De hecho la figura en sí acusa, sobre todo al principio, la forma del bloque de piedra, presentando formas cerradas.
FRONTALIDAD
La escultura está hecha para ser vista de frente siguiendo el modelo egipcio y acusan el principio de simetría.
RIGIDEZ
La obra se dispone siempre siguiendo determinados convencionalismos que en el caso de los kuros sitúan los brazos pegados a lo largo del cuerpo y una pierna algo adelantada aunque plantada en el suelo en un tímido intento para reflejar el movimiento.
INEXPRESIVIDAD
Las figuras no aparecen mostrando sentimiento alguno mostrando únicamente la típica “sonrisa arcaica”, anacrónica, que parece tener objetivos formales de reforzamiento de la boca Y es que el objetivo de la escultura es trasmitir la sensación de fortaleza y plenitud física del joven triunfador.
ICONOGRAFÍA
Kuroi (dios joven o un atleta vencedor heroizado que se localizan en santuarios o tumbas. Representado desnudo, como exaltación de la belleza física y a imagen natural, en ocasiones con cierta carga de colosalismo), korai (figuras vestidas que son figuras oferentes; siempre se representan vestidas con la indumentaria típica griega: xitón (túnica) e himation o peplo (mantón). El cabello es largo y trenzado, los ojos almendrados, la sonrisa también arcaica y la misma inmovilidad).
EVOLUCIÓN
Como en toda la escultura griega, no se puede hablar de estabilidad, y es posible observar un proceso evolutivo que conduce a la escultura clásica a partir de unos modelos de clara influencia oriental y, sobre todo, egipcios.
Durante el denominado estilo geométrico (VIII a.C.) tenemos, en el comienzo del estilo, unas estatuillas de marfil, encontradas en el cementerio de Dypilon en Atenas. Son figuras diosas desnudas. La postura es basculante, con las piernas muy dobladas. Los brazos enmarcan un tronco triangular, con las palmas de las manos adosadas a la parte superior de los muslos. La cabeza tiene unos grandes ojos muy expresivos.
En la segunda mitad del s. VII a. de C., se desarrolla un nuevo lenguaje formal, que se ha denominado estilo dedálico, en virtud del mítico escultor Dédalo. A este estilo pertenece la llamada "Dama de Auxerre", que formará parte de pequeñas estatuas de divinidades poradoras de virtudes mágicas conocidas como “xóanas”. De acusada rigidez y frontalidad, serán un claro exponente de la influencia egipcia.
Las formas de la cultura dedálica sufren a finales del s. VII a. de C., cambios fundamentales, dando lugar al llamado Período arcaico.
Periodo arcaico. Siglo VII. Es una escultura, ya, bastante homogénea, reducida a la representación de hombres desnudos y mujeres vestidas (Kuroi y Korai), en las que hay una fuerte influencia egipcia. Suelen ser representaciones de cuerpo entero, exentas que se convierten en la referencia escultórica de este periodo.
Comienza pues ahora la realización de grandes tallas de piedra. Se toman como modelo las técnicas egipcias (bloque con forma dibujada a partir de un rígido sistema de proporciones). Técnica y pose se identifican. Existen sin embargo leves diferencias: Son más abstractas, buscan el objeto bello en sí (simetría sobre ejes verticales y horizontales; estabilidad, repetición) frente al naturalismo uniforme egipcio. Frente al carácter mágico de protección al “ka”(conservador, inamovible), ahora se utilizan para: representar un dios, servir de objeto bello dedicado a un dios, o memorial de un hombre colocado en una tumba. Estas funciones no determinaban la forma, lo que posibilitó cambios dentro de los límites impuestos por la técnica del bloque (ejemplo de estos inicios sería el Kuros del Metropolitan de Nueva York, s. VII)
Siglo VI. El camino condujo a un mayor naturalismo, más lleno de vida, incluso al nivel de los egipcios. Ello se hizo dando un volumen tridimensional a la figura (“hinchándola”), modificando las proporciones anteriores, lo que creó anacronismos como seguir representando el cabello de forma tan arcaica (Kuros de Anavyssos, 1ª ½ VI). La solución a esos problemas vino de formas más naturalistas aún, recortándose el cabello a las figuras. A pesar de ello persistió el problema de la cierta rigidez (a pesar de su mayor naturalismo anatómico), heredero de la técnica escultórica del bloque (ejemplo de ello sería el Aristodikos, 2ª ½ s. VI).
Este aspecto rígido y poco flexible del “Aristodikos” se resolvió dando mayor dinamismo a la figura: cabeza ligeramente girada a un lado (no frontal); el peso no se reparte entre las dos piernas sino que se apoya fundamentalmente en una, levantándose su cadera. Los cambios físicos son pocos pero la estatura ya tiene vida. El progreso técnico fue grande y arriesgado pues el escultor tuvo que hacer 4 dibujos totalmente nuevos, apoyándose en las figuras de bronce que, echas en arcilla, permitían mucho más fácilmente ese trabajo (Efebo Kritios, 480). Sería el paso decisivo hacia la escultura clásica.
EJEMPLOS
Kuros del Metropolitan, de Sunion, de Anavyssos; koré del peplo; Moscóforo; Jínete Rampín. Transición: relieves del templo de Afaia en Egina, efebo Critio, relieves del templo de Zeus en Olimpia, Auriga de Delfos, Poseidón.
ESCULTURA GRIEGA CLÁSICA (s. V y IV a.C.)
Con frecuencia solemos llamar “clásico” a lo que constituye la expresión más madura y más perfecta de una cultura. En Grecia tuvo lugar durante los siglos V y IV a.C., en la época de Pericles, especialmente. A partir de aquí, y por su influencia directa en el arte y cultura occidentales, también llamamos “clásico” a una cultura, a un arte, que reúne determinadas cualidades: “mesura, moderación, armonía, equilibrio de elementos.
De esta forma, durante el siglo V a. C., la escultura alcanza su máxima perfección y serenidad (de acuerdo a esos mencionados cánones “clásicos”). Fue una etapa de euforia creativa y constructiva. Su objetivo era plasmar la belleza, al tiempo que reconstruir la ciudad de Atenas que había quedado destruida tras la invasión de los persas. Se crean arquetipos partiendo de la realidad. Es un arte naturalista con una cierta dosis de estilización e idealización.
CARACTERÍSTICAS
A continuación repasamos algunas de las características que ya vimos de forma general al principio:
Representación de la belleza física ideal.
Estudio matemático de las proporciones. Canon.
El autor intenta reproducir la naturaleza como la ve (fuerte naturalismo) pero corrigiéndola según las normas del pensamiento= idealización.
Temas del mundo mítico de los dioses y héroes.
Toda la escultura y relieve estaban policromados y las partes de carne recibían una capa de cera; esta apariencia que tuviera no se puede apreciar ya que estamos habituados a contemplar el mármol sin policromía y la mayor parte de las obras que nos han llegado son copias romanas de la originales griegas.
Se proscribe la anécdota en el rostro y se buscan el equilibrio y la dignidad, aunque lejos del hieratismo.
Generalización del contraposto que dota de un equilibrio dinámico a la figura dando la sensación de movimiento armónico.
EVOLUCIÓN
Tradicionalmente, en el clasicismo se han contemplado tres etapas:
el periodo denominado “primer clasicismo”, o “estilo severo”, representado por obras como los “Bronces de Riace”, “Poseidón” o el “Auriga de Delfos”. Y en piedra los frontones del Templo de Zeus en Olimpia. A medio camino entre esta etapa y la siguiente estaría Mirón (“Discóbolo” y “Atenea y Marsias”).
En este periodo, localizado en la primera mitad del siglo V, parece producirse el cambio trascendental, para algunos debido al triunfo en las Guerras Médicas, y la conciencia de la superioridad griega y el “logos” sobre lo oriental representado por los persas. En cualquier caso, se abandona definitivamente la frontalidad. El conocimiento de la anatomía, ya muy avanzado, lleva a instaurar la ley de la interrelación: cualquier movimiento de un miembro corporal implica un cambio de posición en los demás. Se busca pues ya la armonía entre las diversas partes del cuerpo, como si de un edificio se tratase. A la vez nos encontramos con nuevos materiales como el bronce que permite nuevas posibilidades. Finalmente decir que las figuras pierden la típica “sonrisa arcaica” y aparecen concentradas en sí mismas y serias
el “gran clasicismo”.
En la segunda mitad del siglo V a.C., la confianza en la dignidad del hombre y la estabilidad del sistema democrático, en el marco de la polis y de la cosmogonía griega, conducen al gusto por la mesura, el orden y el equilibrio: el clasicismo pleno. Por eso, predominará la serenidad expresiva de los rostros y de sus cuerpos, que no revelan sentimientos específicos (la belleza clásica sigue huyendo de lo anecdótico y de los concreto). Ello se unirá el control pleno de la anatomía y su movimiento en el espacio, siendo el contraposto y el escorzo ya habituales.
El proceso se había iniciado ya mucho antes: el bronce había permitido a partir del siglo V una mayor libertad de acción y movimiento, y una mayor caracterización del personaje (edad). Este hecho dotará de una cierta humanidad al arte griego en su primera mitad al distinguir entre edades y temperamentos (Poseidón, Bronce de Riace, Discóbolo (480-450). Pero esta nueva movilidad va a crear otros problemas como la rigidez en la musculatura que no refleja el dinamismo y la expresión de la fuerza, prefiriéndose aun una visión excesivamente frontal (pecho y piernas) o dorsal pero nunca lateral. La solución aparecerá con Policleto quien hace avanzar a sus figuras deteniéndolas en el espacio y adaptando el torso a ese movimiento; a la vez utiliza el “contraposto” alternando miembros tensos y relajados, todo ello en un marco canónico. La visión lateral adopta pues perspectivas distintas (reposo y tensión): Doríforo, Diadumeno (440-430).
La ciudad de Atenas en la época de Pericles definirá, en todos sus aspectos, lo que supone esta época. Los representante más significativos serán Fidias (relieves del Partenón y estatua de Atenea Partenos) y Policleto como antecedente (“Doríforo” y “Diadumenos”).
el “posclasicismo”. Políticamente, el siglo IV a. C. es una época de disgregación y transformación, en lo social, por la crisis de las ciudades-estado, y en lo filosófico, con la cultura de los sofistas en auge. También se supera la concepción del hombre como medida de todas las cosas al hacer su aparición el mundo animal en el arte. Atenas, a pesar de la crisis política, siguió manteniendo la supremacía artística en Grecia y siguió siendo patria de una sociedad elegante y refinada de buen gusto. En este contexto, los artistas trabajan en sus talleres más para particulares que para los ambientes públicos, pues la guerra del Peloponeso había dejado maltrechas las arcas de las polis y a duras penas podían invertir.
Tras la muerte de Fidias y Policleto, el arte camina hacia un retorno del naturalismo y la heterogeneidad, reflejándose algo más el estado emocional de las figuras que incluso podían reflejar ideas abstractas (locura, paz). Junto a ello las figuras cobran una mayor ligereza, estilizándose el canon
De esta forma, el estilo desarrollado por sus artistas es más humano, sobre todo si lo comparamos con la serena grandiosidad del estilo de Fidias. La nueva generación de artistas trabaja ahora de tal modo que los dioses se humanizan, las formas se ablandan y hasta en los rostros comienza a reflejarse el pathos, su expresión emocional y estado anímico, siguiendo la consigna de Sócrates de que conviene que el escultor represente en la forma visible las operaciones del alma. Asimismo, los artistas prefieren las suavidades de la escultura en mármol y relegarán la escultura en bronce. Son obras donde se podrá reconocer la sensibilidad carnal y admirar la perfección técnica.
Se cultivan temas del pasado, pero también se emplean otros nuevos; se siguen esculpiendo divinidades superiores, pero se introducirán dioses más cercanos al hombre (Afrodita, diosa del amor, divinidades del campo, de los bosques); se realizan personificaciones intelectuales de la Virtud, la Democracia, la Paz, etc.; las figuras del poeta y del orador sustituyen al auriga y al atleta.
En este contexto, destacarán Praxíteles (“Hermes con Dionisios niño”, “Apolo Sauróctono” y “Venus de “Cnido”), Scopas (“Ménade danzante”) y Lisipo, ya a medio camino con el helenismo (“Apoxiomenos”).
ESCULTURA HELENÍSTICA (s. III-I a.C.)
El periodo comprendido entre la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), que había extendido el dominio griego por el norte de Africa y Oriente Medio, y la conquista romana (batalla de Accio, 31 a.C.), se conoce, convencionalmente, como helenismo. Es evidente que las nuevas circunstancias políticas y la apertura hacia Oriente determinaron un cambio en la cultura, sociedad y arte de Grecia. El proceso no fue brusco, pues ya el periodo anterior había anunciado, en autores como Scopas o Praxíteles, algunos de los nuevos elementos.
La escultura helenística, síntesis de lo griego con lo oriental, perderá el idealismo clásico pero se volverá completamente humana.
TÉCNICA
La perfección y el virtuosismo técnico al que había llegado la escultura tras la etapa clásica se pondrán de manifiesto en los complejos grupos escultóricos y en el dominio mucho mayor de las calidades táctiles de los objetos y de la anatomía humana. Ello permitirá este nuevo barroquismo de cuerpos hinchados, musculosos, ampulosos drapeados,...
TEMÁTICA
Ampliación del campo temático: desnudos masculinos y femeninos, griegos y extranjeros (frente al anterior exclusivismo ático), niños y viejos, idea de madurez y juventud. Irrumpirá pues con fuerza el retrato, en el que más que la imagen idealizada del personaje, importa la captación de su personalidad. Lo real, lo trascendente pero también lo intrascendente, lo cotidiano e incluso lo negativo (lo enfermo, lo deforme, lo feo) cobrarán protagonismo. Los dioses se representan en actitudes más dramáticas no exaltándose ya lo heroico, sino lo cruel y espantoso. Igualmente señalar la presencia de temas amorosos y sexuales llenos de lascivia.
EXPRESIÓN
Profundización en la caracterización de las emociones, sobre todo el dolor (herencia de Scopas), comunicado dramáticamente por el rostro, las vestiduras agitadas y las actitudes expresivas del cuerpo. A ello colaborará igualmente el colosalismo de las figuras e incluso su fealdad. De esta forma se romperá con la idealización anterior e incluso con el canon o este cambiará para dar mayor realismo a las figuras de un carácter a veces casi teatral.
ESPACIO
Si Policleto solucionó el problema de una figura en movimiento que fuese ella desde los 4 puntos de vista, a principios del siglo III esta solución no se consideró satisfactoria. Los escultores, sobre todo del bronce, querían crear figuras que parecieran hermosas desde todos los puntos y que el espectador se sintiera atraído por todas esas visiones distintas. Además la pose debía tener una disposición racional y no ser sólo una disposición arbitraria con propósitos artísticos. Ello produjo obras profundamente naturalistas y cognoscibles desde una multiplicidad de puntos de vista (Fauno danzante, s. III).
El reto ahora era realizar el mismo trabajo con un grupo exento de figuras. Los griegos ya lo habían hecho en los frontones, pero estos tenían una visión frontal. Así estos nuevos grupos, con múltiples puntos de vista y Gran expresividad fueron muy populares en los siglos III y II. A ello se sumó una mayor variedad temática y un barroquismo formal (Toro Farnesio)
De esta forma, aparecerán innovaciones formales como la invención del multilátero (herencia de Lisipo) que está en relación con la localización de las esculturas en templetes o plazas; desarrollo de la figuras en torsión (escorzo) con sus movimientos en dirección opuesta o en espiral (de pliegues, cabezas o extremidades); creación de grupos complejos de estatuas exentas predominando la diagonal en las composiciones.
RECREACIÓN
A partir del siglo II se apuntan procesos de recreación creativa y alusiones visuales a obras del pasado (reproducciones varias de las Venus, por ejemplo de Praxiteles), que acabaron cayendo en imitaciones sin vida o la moda de las “copias”. De hecho, se asiste ahora al triunfo de los talleres sobre el individualismo; los autores caen en el anonimato y de hecho hoy en día se cuestiona la autoría de muchas obras (atribuidas por las fuentes clásicas) lo mismo que la tradicional división en escuelas.
EJEMPLOS
Torso de Belvedere, Venus de Milo, Victoria de Samotracia, Galo moribundo, Laocoonte, relieves del altar de Zeus en Pérgamo, niño de la Espina.
ESCUELAS
Nacerán nuevas escuelas de escultores en las grandes urbes helenísticas, las individualidades artísticas desaparecen en el anonimato de los talleres. Los más tradicionales, los peninsulares, continúan imitando a los grandes maestros de siglos anteriores, y exportan a Roma estas producciones. Se suelen distinguir las siguientes escuelas:
escuela neoática: se inspira en modelos antiguos que satisfacen la demanda romana para las casas de los patricios (ejemplo de ello sería la “Venus de Milo” o la “Venus Calipigia” que estuvo en la Domus Aurea de Nerón). Además, junto a un interés por el retrato intelectual (Demóstenes, Sófocles) se desarrolla una recreación de los modelos de los viejos maestros por sus discípulos y talleres (torso Belvedere)
Alejandría: temas cotidianos (gran cantidad de tipos populares en terracota o piedra) y alegóricos (Nilo)
Pérgamo: Fue la más realista con temas patéticos y dramáticos y multiplicidad de puntos de vista (“Galo moribundo”, Altar de Zeus)
Rodas: profundiza esa vertiente dramática y de dolor (Toro Farnesio o castigo de Circe, cuyo cuerpo es atado a un toro salvaje para que lo arrastre, Laocoonte) junto a monumentos conmemorativos como la “Victoria de Samotracia”